Chim chiminey chim chiminey chim chim cheroo

Si hiciésemos una encuesta con las cosas que querríamos hacer si fuéramos a Londres, es muy probable que de entre toda la diversidad de opiniones se pudieran extraer puntos en común. Creo no equivocarme demasiado si afirmo que ir a ver un musical aparecería en la mayoría de las respuestas. Pues bien, puedo decir que ya he cumplido con el ritual, y puedo afirmar que me ha gustado y que repetiré la experiencia (en la medida en que mi modesta economía me lo permita). Ni que decir tiene que vi el musical desde la más alta torre, del más remoto castillo, rodeado por un foso de lava y guardado por un dragón…

Todo esto sucedió hace unas semanas cuando mi amiga Pilar pasó por aquí y le apetecía ir a ver un musical, así que nos animamos y nos fuimos a ver Mary Poppins (He aquí la prueba del delito). Yo ya tenía la idea de ir a ver un musical, pero Pilar me dio el empujoncito que me hacía falta. Tengo que decir que ha sido una de las experiencias más satisfactorias desde que he llegado aquí por varios motivos. Es cierto que he venido a Londres a acabar la carrera y a trabajar en mi investigación, pero también a disfrutar y esto encaja con lo de disfrutar. Por otro lado es un musical lleno de colorido, efectos increíbles y una historia alegre. Así que después de unas semanas de dificultades iniciales y desánimo, Pilar y Mary Poppins juntas hicieron de inyección de alegría.

Centrándome ahora en el musical en si mismo, es una coproducción de Disney y Cameron Mackintosh, y estará en cartel en Londres hasta el 12 de enero. Es asombroso, porque, siendo fiel a la estética de la película de Disney, han conseguido volver a contar la historia introduciendo una serie de variaciones muy adecuadas para llevarla al escenario. Han desaparecido algunos números musicales, pero han añadido otros, y han dado forma a algunos personajes que resultaban muy planos en la película, como Mrs Banks; además de un par de giros en el guión que francamente me gustaron. Por poner un ejemplo, citaré el momento en que los juguetes de Jane y Michel cobran vida y les juzgan, es una escena totalmente onírica en la que de repente su cuarto se convierte en el escenario de una pesadilla. En cuanto al despliegue de medios técnicos simplemente espectacular (si en Madrid se quiere seguir produciendo musicales tendrán que tomar nota de cómo se hace esto de verdad). Las coreografías alegres y bien ejecutadas, delirante la del SUPERCALIFRAGILISTICEXPIALIDOCIOUS (que os enlazo en YouTube), y el vestuario excelente.

Por último, y para vuestro disfrute os adjunto a continuación un video para que os hagáis una idea de como es el musical. Ya me comentaréis que os parece.

Nota: mi agradecimiento a 3,1415926535… sin ti no hubiera sido lo mismo :)