martes, 11 de marzo de 2008

Catedrales de Acero

Saint Pancras International, Londres.

En el libre mercado de las fobias políticamente correctas, es decir todas aquellas que se traducen en problemas para afrontar miedos no personas, nos encontramos la hidrofobia, la claustrofobia, la agorafobia y así un largo etcétera. Por ejemplo, hay quien tiene miedo a volar, y le cuesta horrores subirse a un avión, y hay quien muere de miedo cuando se mete en un ascensor. En definitiva, cada loco con su tema. Normalmente subirse a un tren no produce pánico. Pero si el tren debe pasar por debajo del océano la sensación cambia, ¿verdad? Eso es el Eurostar un tren de alta velocidad que se adentra en las entrañas de la tierra para unir Inglaterra con Francia, más en concreto Londres con París. La capital económica con la capital del glamour. Ya sé que también con Bruselas, pero Bruselas no es París.

Gare du Nord, París.

Esto es precisamente lo que he hecho este fin de semana pasado. He cogido el Eurostar (link de la WikiPedia) y me he marchado a París. La mejor forma de describir el viaje es con dos palabras: cómodo y rápido. Salir de Saint Pancras International con destino a la Gare du Nord tiene innumerables ventajas frente al viaje en avión. En primer lugar eliminas los cuatro gastos de transporte asociados a desplazamientos del aeropuerto a la ciudad. En segundo lugar llegas al centro de la ciudad de destino; la única forma de aterrizar con un avión en el centro de una ciudad es lanzar en paracaídas a la gente. En tercer lugar no tienes que estar dos horas antes del vuelo y los controles de seguridad son estrictos pero no paranoicos. En cuarto lugar, el precio es competitivo si se reserva con suficiente antelación. En quinto lugar, para cualquier trayecto en el que se disponga de un tren de alta velocidad el avión no es rival. Para vuelos con una duracción media de dos horas, con todo el jaleo de los aeropuertos, equivalen a un viaje en tren de cuatro o cinco horas. Si el viaje entren dura dos horas y quince minutos... sin palabras. En cuanto al hecho de atravesar el Canal de la Mancha, en realidad, es como viajar en tren de noche, claro que no vas a ver nada por la ventana.

Pero no es eso solamente lo que me apetecia contaros. Me encantan los trenes desde que era un mocoso, y me he pasado un montón de tiempo en el Museo del Ferrocarril, ese que está en la antigua estación de Delicias, cerca de dónde yo vivía antes de mi exilio. Esto me recuerda mi vieja pasión por las locomotoras de vapor, como la del link, en la que habré jugado innumerables veces manipulando los instrumentos y viajando en mi imaginación. Creo que las locomotoras de vapor y los LEGO fueron determinantes en mi vocación como ingeniero. Tengo hasta los trenecitos de LEGO.

Además de mi pasión por los trenes desarrollé un gusto por las estaciones de tren al estilo de la revolución industrial. O como yo prefiero definirlas esas majestuosas Catedrales de Acero, con sus relojes, sus antiguos bancos de madera y sus andenes. Pero si por delante de mi casa pasaba el Tren de la Fresa, (antes de que hicieran el pasillo verde). Sin embargo, he de decir que nada de lo que había visto hasta ahora es comparable a Saint Pancras. Con gusto me dedicaría a investigar las estaciones de tren para hacer una tesis monográfica sobre este tema... pero soy ingeniero y no historiador. Sigo siendo como un mocoso, quiero hacer de todo... ja ja ja, y no puede ser. En fin, os dejo un video precioso de Saint Pancras después de su remodelación y otro link para el que quiera más y verla más a fondo.

Nota: Ya os hablaré de París con calma, esa femme fatale que en el fondo me gusta, pero que es demasiado orgullosa para ser amada y que a pesar de su decadencia es demasiado hermosa para ser olvidada.

3 comentarios:

rsance dijo...

Mira que te está costando reconocer que tú ibas para ingeniero ferroviario!! Conozco a uno que estaría encantadísimo de extender sus tentáculos sobre ti y llevarte a su terreno, jeje. Sí que es un mundo bonito, sí. Y ciertamente le hace cada día más competencia al avión, dónde va a parar!
Un besote fuerte,
Ross

Sir Lamorak de Gales dijo...

Oye Ros que si me hace una buena oferta en London... yo me lo pienso :)

Pilar dijo...

Tengo que confesar que el tren es muy buen invento.

En cualquier caso esta misma discusión la tuve este fin de semana que estuvimos en Barcelona (con el tema de la inauguración del AVE).

Aunque los trenes mejoran cada día más y los viajes son cómodos, en el caso de Barna, cuando un empresario hace un viaje por la mañana para regresar por la noche a casa, creo que no son comparables los 50 minutos de avión con las 2h 30minutos + 140€ de AVE (puedes encontrar tarifas mucho mejores en los aviones).

Respecto al Canal de la Mancha... cuando pruebe las opciones opinaré ;-)

Besos,
Pilar